Entre esos está el gruñir constantemente, el miedo, la eliminación inadecuada, los cambios en la postura y en la interacción con el propietario
Los cambios en el comportamiento de las mascotas, tales como una mayor disposición a la agresividad, miedo o apatía, pueden ser signo de trastornos de salud que requieren de la atención de profesionales.
En estos casos, se recomienda realizar en primer término una valoración veterinaria, para descartar enfermedades. Si los problemas comportamentales no obedecen a una patología, se debe buscar la ayuda del adiestrador para corregirlos.
Para Andrea Mejía, médica veterinaria zootecnista y etóloga de la Clínica Ohana, es fundamental que se tenga en primer lugar la consulta médica.
“Cualquier conducta que sea molesta para el tutor, ponga en riesgo a las personas de alrededor o sea perjudicial para el mismo animal, nos indica que necesitamos la ayuda de un veterinario con maestría en etología clínica, porque los problemas de comportamiento no sólo son un tema de educación, sino que a veces vienen de una manifestación orgánica”.
En este sentido, la doctora indicó que es importante consultar desde que se presentan los primeros signos de alerta. “Con la agresividad, por ejemplo, la gente suele esperar que un perro muerda muchas veces para acudir al veterinario. Pero al primer ataque se debe consultar, no dejar que el perro tenga más episodios, porque se puede volver una conducta aprendida. Si, por ejemplo, el animal tiene displasia de cadera y le duele cuando lo tocan, puede aprender que, si gruñe, la persona se aleja y por lo tanto no le va a doler. Esto se debe evitar”.
Respecto a los signos que se deben observar y tener en cuenta, la veterinaria enumeró el gruñir constantemente, el miedo, la eliminación inadecuada, los cambios en la postura y en la interacción con el propietario o con las cosas de su alrededor, la disminución del apetito y del sueño, y conductas repetitivas como lamerse o perseguirse la cola.
“Los tutores también deben tener en cuenta que, cuando ingresa un bebé humano nuevo a la casa, o cuando ingresa un nuevo perro o gato, es ideal contar con el apoyo de un etólogo clínico para hacer una buena introducción y no tener problemas de agresividad ni de estrés, sobre todo en gatos, lo cual puede generar una enfermedad”, concluyó la veterinaria.
En cuanto al adiestramiento como tal, cabe resaltar que este comienza por el hogar, en el cual los propietarios deben acostumbrarlo a ciertas conductas y al uso de elementos como la correa y el collar. Posteriormente, entre las 12 y las 16 semanas de edad, luego de recibir todas las vacunas, puede dar comienzo a las clases con adiestradores profesionales, en las cuales se le pueden inculcar conductas deseadas por los tutores o corregir comportamientos que sean inadecuados.
Se recomienda a los propietarios de las mascotas elegir clases y adiestramientos que sean amistosos con el animal y que tengan un entrenamiento divertido y basado en la recompensa, en los cuales se moldee el comportamiento del perro por medio del juego y la lúdica, garantizando así su bienestar durante todo el proceso de adiestramiento.
Hay que prestar atención a las señales. La forma más fácil de saber si el perro está enojado con su dueño, es a través de su lenguaje corporal. Si nota que su cachorro tiene las orejas aplanadas, es una clara señal de que está molesto. Otras señales de que está molesto incluyen que apriete los labios, agache la cabeza o cierre la boca.
Cuando un perro está teniendo un colapso, expertos aseguran que el ejercicio es clave. Correr puede ayudar a un perro ansioso a desahogarse y cansarlo. Al dar un largo paseo o tomar un descanso para realizar algunas actividades divertidas en el interior, su perro puede concentrarse en mantenerse relajado cuando no está lleno de exceso de energía.
Las señales que debe prestar atención de su gato
Los felinos suelen ser menos expresivos que los perros en el momento de manifestar dolencias o enfermedades. Sin embargo, hay signos claros cuando estas se presentan, entre los que se cuentan el orinar o defecar fuera del arenero, ser agresivo, acicalarse mucho, arrancarse el pelo del abdomen o causarse lesiones en la piel. Los maullidos excesivos también pueden indicar que es necesaria la visita al veterinario.
Tomado de: agronegocios.co